Şiir, Sadece: 2007

5 Temmuz 2007 Perşembe

Soneto LX

A ti te hiere aquel que quiso hacerme daño,
y el golpe del veneno contra mí dirigido
como por una red pasa entre mis trabajos
y en ti deja una mancha de óxido y desvelo.

No quiero ver, amor, en la luna florida
de tu frente cruzar el odio que me acecha.
No quiero que en tu sueño deje el rencor ajeno
olvidada su inútil corona de cuchillos.

Donde voy van detrás de mí pasos amargos,
donde río una mueca de horror copia mi cara,
donde canto la envidia maldice, ríe y roe.

Y es ésa, amor, la sombra que la vida me ha dado:
es un traje vacío que me sigue cojeando
como un espantapájaros de sonrisa sangrienta.


Pablo Neruda
Cien Sonetos de Amor

Soneto LIX

Pobres poetas a quienes la vida y la muerte
persiguieron con la misma tenacidad sombría
y luego son cubiertos por impasible pompa
entregados al rito y al diente funerario.

Ellos ?oscuros como piedrecitas? ahora
detrás de los caballos arrogantes, tendidos
van, gobernados al fin por los intrusos,
entre los edecanes, a dormir sin silencio.

Antes y ya seguros de que está muerto el muerto
hacen de las exequias un festín miserable
con pavos, puercos y otros oradores.

Acecharon su muerte y entonces la ofendieron:
sólo porque su boca está cerrada
y ya no puede contestar su canto.


Pablo Neruda
Cien Sonetos de Amor

4 Temmuz 2007 Çarşamba

Soneto LVIII

Entre los espadones de fierro literario
paso yo como un marinero remoto
que no conoce las esquinas y que canta
porque sí, porque cómo si no fuera por eso.

De los atormentados archipiélagos traje
mi acordeón con borrascas, rachas de lluvia loca,
y una costumbre lenta de cosas naturales:
ellas determinaron mi corazón silvestre.

Así cuando los dientes de la literatura
trataron de morder mis honrados talones,
yo pasé, sin saber, cantando con el viento

hacia los almacenes lluviosos de mi infancia,
hacia los bosques fríos del Sur indefinible,
hacia donde mi vida se llenó con tu aroma.


Pablo Neruda
Cien Sonetos de Amor

Soneto LVII

Mienten los que dijeron que yo perdí la luna,
los que profetizaron mi porvenir de arena,
aseveraron tantas cosas con lenguas frías:
quisieron prohibir la flor del universo.

«Ya no cantará más el ámbar insurgente
de la sirena, no tiene sino pueblo.»
Y masticaban sus incesantes papeles
patrocinando para mi guitarra el olvido.

Yo les lancé a los ojos las lanzas deslumbrantes
de nuestro amor clavando tu corazón y el mío,
yo reclamé el jazmín que dejaban tus huellas,

yo me perdí de noche sin luz bajo tus párpados
y cuando me envolvió la claridad
nací de nuevo, dueño de mi propia tiniebla.


Pablo Neruda
Cien Sonetos de Amor

3 Temmuz 2007 Salı

Soneto LVI

Acostúmbrate a ver detrás de mí la sombra
y que tus manos salgan del rencor, transparentes,
como si en la mañana del mar fueran creadas:
la sal te dio, amor mío, proporción cristalina.

La envidia sufre, muere, se agota con mi canto.
Uno a uno agonizan sus tristes capitanes.
Yo digo amor, y el mundo se puebla de palomas.
Cada sílaba mía trae la primavera.

Entonces tú, florida, corazón, bienamada,
sobre mis ojos como los follajes del cielo
eres, y yo te miro recostada en la tierra.

Veo el sol trasmigrar racimos a tu rostro,
mirando hacia la altura reconozco tus pasos.
Matilde, bienamada, diadema, bienvenida!


Pablo Neruda
Cien Sonetos de Amor

Soneto LV

Espinas, vidrios rotos, enfermedades, llanto
asedian día y noche la miel de los felices
y no sirve la torre, ni el viaje, ni los muros:
la desdicha atraviesa la paz de los dormidos,

el dolor sube y baja y acerca sus cucharas
y no hay hombre sin este movimiento,
no hay natalicio, no hay techo ni cercado:
hay que tomar en cuenta este atributo.

Y en el amor no valen tampoco ojos cerrados,
profundos lechos lejos del pestilente herido,
o del que paso a paso conquista su bandera.

Porque la vida pega como cólera o río
y abre un túnel sangriento por donde nos vigilan
los ojos de una inmensa familia de dolores.


Pablo Neruda
Cien Sonetos de Amor

2 Temmuz 2007 Pazartesi

Soneto LIV

Espléndida razón, demonio claro
del racimo absoluto, del recto mediodía,
aquí estamos al fin, sin soledad y solos,
lejos del desvarío de la ciudad salvaje.

Cuando la línea pura rodea su paloma
y el fuego condecora la paz con su alimento
tú y yo erigimos este celeste resultado!
Razón y amor desnudos viven en esta casa.

Sueños furiosos, ríos de amarga certidumbre
decisiones más duras que el sueño de un martillo
cayeron en la doble copa de los amantes.

Hasta que en la balanza se elevaron, gemelos,
la razón y el amor como dos alas.
Así se construyó la transparencia.


Pablo Neruda
Cien Sonetos de Amor

Soneto LIII

Aquí está el pan, el vino, la mesa, la morada:
el menester del hombre, la mujer y la vida:
a este sitio corría la paz vertiginosa,
por esta luz ardió la común quemadura.

Honor a tus dos manos que vuelan preparando
los blancos resultados del canto y la cocina,
salve! la integridad de tus pies corredores,
viva! la bailarina que baila con la escoba.

Aquellos bruscos ríos con aguas y amenazas,
aquel atormentado pabellón de la espuma,
aquellos incendiaron panales y arrecifes

son hoy este reposo de tu sangre en la mía,
este cauce estrellado y azul como la noche,
esta simplicidad sin fin de la ternura.


Pablo Neruda
Cien Sonetos de Amor

30 Haziran 2007 Cumartesi

Soneto LII

Cantas y a sol y a cielo con tu canto
tu voz desgrana el cereal del día,
hablan los pinos con su lengua verde:
trinan todas las aves del invierno.

El mar llena sus sótanos de pasos,
de campanas, cadenas y gemidos,
tintinean metales y utensilios,
suenan las ruedas de la caravana.

Pero sólo tu voz escucho y sube
tu voz con vuelo y precisión de flecha,
baja tu voz con gravedad de lluvia,

tu voz esparce altísimas espadas,
vuelve tu voz cargada de violetas
y luego me acompaña por el cielo.


Pablo Neruda
Cien Sonetos de Amor

Soneto LI

Tu risa pertenece a un árbol entreabierto
por un rayo, por un relámpago plateado
que desde el cielo cae quebrándose en la copa,
partiendo en dos el árbol con una sola espada.

Sólo en las tierras altas del follaje con nieve
nace una risa como la tuya, bienamante,
es la risa del aire desatado en la altura,
costumbres de araucaria, bienamada.

Cordillerana mía, chillaneja evidente,
corta con los cuchillos de tu risa la sombra,
la noche, la mañana, la miel del mediodía,

y que salten al cielo las aves del follaje
cuando como una luz derrochadora
rompe tu risa el árbol de la vida.


Pablo Neruda
Cien Sonetos de Amor

29 Haziran 2007 Cuma

Soneto L

Cotapos dice que tu risa cae
como un halcón desde una brusca torre
y, es verdad, atraviesas el follaje del mundo
con un solo relámpago de tu estirpe celeste

que cae, y corta, y saltan las lenguas del rocío,
las aguas del diamante, la luz con sus abejas
y allí donde vivía con su barba el silencio
estallan las granadas del sol y las estrellas,

se viene abajo el cielo con la noche sombría,
arden a plena luna campanas y claveles,
y corren los caballos de los talabarteros:

porque tú siendo tan pequeñita como eres
dejas caer la risa desde tu meteoro
electrizando el nombre de la naturaleza.


Pablo Neruda
Cien Sonetos de Amor

Soneto XLIX

Es hoy: todo el ayer se fue cayendo
entre dedos de luz y ojos de sueño,
mañana llegará con pasos verdes:
nadie detiene el río de la aurora.

Nadie detiene el río de tus manos,
los ojos de tu sueño, bienamada,
eres temblor del tiempo que transcurre
entre luz vertical y sol sombrío,

y el cielo cierra sobre ti sus alas
llevándote y trayéndote a mis brazos
con puntual, misteriosa cortesía:

Por eso canto al día y a la luna,
al mar, al tiempo, a todos los planetas,
a tu voz diurna y a tu piel nocturna.


Pablo Neruda
Cien Sonetos de Amor

28 Haziran 2007 Perşembe

Soneto XLVIII

Dos amantes dichosos hacen un solo pan,
una sola gota de luna en la hierba,
dejan andando dos sombras que se reúnen,
dejan un solo sol vacío en una cama.

De todas las verdades escogieron el día:
no se ataron con hilos sino con un aroma,
y no despedazaron la paz ni las palabras.
La dicha es una torre transparente.

El aire, el vino van con los dos amantes,
la noche les regala sus pétalos dichosos,
tienen derecho a todos los claveles.

Dos amantes dichosos no tienen fin ni muerte,
nacen y mueren muchas veces mientras viven,
tienen la eternidad de la naturaleza.


Pablo Neruda
Cien Sonetos de Amor

Soneto XLVII

Detrás de mí en la rama quiero verte.
Poco a poco te convertiste en fruto.
No te costó subir de las raíces
cantando con tu sílaba de savia.

Y aquí estarás primero en flor fragante,
en la estatua de un beso convertida,
hasta que sol y tierra, sangre y cielo,
te otorguen la delicia y la dulzura.

En la rama veré tu cabellera,
tu signo madurando en el follaje,
acercando las hojas a mi sed,

y llenará mi boca tu sustancia,
el beso que subió desde la tierra
con tu sangre de fruta enamorada.


Pablo Neruda
Cien Sonetos de Amor

27 Haziran 2007 Çarşamba

Soneto XLVI

De las estrellas que admiré, mojadas
por ríos y rocíos diferentes,
yo no escogí sino la que yo amaba
y desde entonces duermo con la noche.

De la ola, una ola y otra ola,
verde mar, verde frío, rama verde,
yo no escogí sino una sola ola:
la ola indivisible de tu cuerpo.

Todas las gotas, todas las raíces,
todos los hilos de la luz vinieron,
me vinieron a ver tarde o temprano.

Yo quise para mí tu cabellera.
Y de todos los dones de mi patria
sólo escogí tu corazón salvaje.


Pablo Neruda
Cien Sonetos de Amor

Soneto XLV

No estés lejos de mí un solo día, porque cómo,
porque, no sé decirlo, es largo el día,
y te estaré esperando como en las estaciones
cuando en alguna parte se durmieron los trenes.

No te vayas por una hora porque entonces
en esa hora se juntan las gotas del desvelo
y tal vez todo el humo que anda buscando casa
venga a matar aún mi corazón perdido.

Ay que no se quebrante tu silueta en la arena,
ay que no vuelen tus párpados en la ausencia:
no te vayas por un minuto, bienamada,

porque en ese minuto te habrás ido tan lejos
que yo cruzaré toda la tierra preguntando
si volverás o si me dejarás muriendo.


Pablo Neruda
Cien Sonetos de Amor

26 Haziran 2007 Salı

Soneto XLIV

Sabrás que no te amo y que te amo
puesto que de dos modos es la vida,
la palabra es un ala del silencio,
el fuego tiene una mitad de frío.

Yo te amo para comenzar a amarte,
para recomenzar el infinito
y para no dejar de amarte nunca:
por eso no te amo todavía.

Te amo y no te amo como si tuviera
en mis manos las llaves de la dicha
y un incierto destino desdichado.

Mi amor tiene dos vidas para armarte.
Por eso te amo cuando no te amo
y por eso te amo cuando te amo.


Pablo Neruda
Cien Sonetos de Amor

Soneto XLIII

Un signo tuyo busco en todas las otras,
en el brusco, ondulante río de las mujeres,
trenzas, ojos apenas sumergidos,
pies claros que resbalan navegando en la espuma.

De pronto me parece que diviso tus uñas
oblongas, fugitivas, sobrinas de un cerezo,
y otra vez es tu pelo que pasa y me parece
ver arder en el agua tu retrato de hoguera.

Miré, pero ninguna llevaba tu latido,
tu luz, la greda oscura que trajiste del bosque,
ninguna tuvo tus diminutas orejas.

Tú eres total y breve, de todas eres una,
y así contigo voy recorriendo y amando
un ancho Mississippi de estuario femenino.


Pablo Neruda
Cien Sonetos de Amor

25 Haziran 2007 Pazartesi

Soneto XLII

Radiantes días balanceados por el agua marina,
concentrados como el interior de una piedra amarilla
cuyo esplendor de miel no derribó el desorden:
preservó su pureza de rectángulo.

Crepita, sí, la hora como fuego o abejas
y es verde la tarea de sumergirse en hojas,
hasta que hacia la altura es el follaje
un mundo centelleante que se apaga y susurra.

Sed del fuego, abrasadora multitud del estío
que construye un Edén con unas cuantas hojas,
porque la tierra de rostro oscuro no quiere sufrimientos

sino frescura o fuego, agua o pan para todos,
y nada debería dividir a los hombres
sino el sol o la noche, la luna o las espigas.


Pablo Neruda
Cien Sonetos de Amor

Soneto XLI

Desdichas del mes de Enero cuando el indiferente
mediodía establece su ecuación en el cielo,
un oro duro como el vino de una copa colmada
llena la tierra hasta sus límites azules.

Desdichas de este tiempo parecidas a uvas
pequeñas que agruparon verde amargo,
confusas, escondidas lágrimas de los días
hasta que la intemperie publicó sus racimos.

Sí, gérmenes, dolores, todo lo que palpita
aterrado, a la luz crepitante de Enero,
madurará, arderá como ardieron los frutos.

Divididos serán los pesares: el alma
dará un golpe de viento, y la morada
quedará limpia con el pan fresco en la mesa.


Pablo Neruda
Cien Sonetos de Amor

23 Haziran 2007 Cumartesi

Soneto XL

Era verde el silencio, mojada era la luz, 
temblaba el mes de Junio como una mariposa 
y en el austral dominio, desde el mar y las piedras, 
Matilde, atravesaste el mediodía. 

Ibas cargada de flores ferruginosas, 
algas que el viento sur atormenta y olvida, 
aún blancas, agrietadas por la sal devorante, 
tus manos levantaban las espigas de arena. 

Amo tus dones puros, tu piel de piedra intacta, 
tus uñas ofrecidas en el sol de tus dedos, 
tu boca derramada por toda la alegría, 

pero, para mi casa vecina del abismo, 
dame el atormentado sistema del silencio, 
el pabellón del mar olvidado en la arena.



Pablo Neruda
Cien Sonetos de Amor

Soneto XXXIX

Pero olvidé que tus manos satisfacían
las raíces, regando rosas enmarañadas,
hasta que florecieron tus huellas digitales
en la plenaria paz de la naturaleza.

El azadón y el agua como animales tuyos
te acompañan, mordiendo y lamiendo la tierra,
y es así cómo, trabajando, desprendes
fecundidad, fogosa frescura de claveles.

Amor y honor de abejas pido para tus manos
que en la tierra confunden su estirpe transparente,
y hasta en mi corazón abren su agricultura,

de tal modo que soy como piedra quemada
que de pronto, contigo, canta, porque recibe
el agua de los bosques por tu voz conducida.


Pablo Neruda
Cien Sonetos de Amor

22 Haziran 2007 Cuma

Soneto XXXVIII

Tu casa suena como un tren a mediodía,
zumban las avispas, cantan las cacerolas,
la cascada enumera los hechos del rocío,
tu risa desarrolla su trino de palmera.

La luz azul del muro conversa con la piedra,
llega como un pastor silbando un telegrama
y entre las dos higueras de voz verde
Homero sube con zapatos sigilosos.

Sólo aquí la ciudad no tiene voz ni llanto,
ni sin fin, ni sonatas, ni labios, ni bocina
sino un discurso de cascada y de leones,

y tú que subes, cantas, corres, caminas, bajas,
plantas, coses, cocinas, clavas, escribes, vuelves,
o te has ido y se sabe que comenzó el invierno.


Pablo Neruda
Cien Sonetos de Amor

Soneto XXXVII

Oh amor, oh rayo loco y amenaza purpúrea,
me visitas y subes por tu fresca escalera
el castillo que el tiempo coronó de neblinas,
las pálidas paredes del corazón cerrado.

Nadie sabrá que sólo fue la delicadeza
construyendo cristales duros como ciudades
y que la sangre abría túneles desdichados
sin que su monarquía derribara el invierno.

Por eso, amor, tu boca, tu piel, tu luz, tus penas,
fueron el patrimonio de la vida, los dones
sagrados de la lluvia, de la naturaleza

que recibe y levanta la gravidez del grano,
la tempestad secreta del vino en las bodegas,
la llamarada del cereal en el suelo.


Pablo Neruda
Cien Sonetos de Amor

21 Haziran 2007 Perşembe

Soneto XXXVI

Corazón mío, reina del apio y de la artesa:
pequeña leoparda del hilo y la cebolla:
me gusta ver brillar tu imperio diminuto,
las armas de la cera, del vino, del aceite,

del ajo, de la tierra por tus manos abierta
de la sustancia azul encendida en tus manos,
de la transmigración del sueño a la ensalada,
del reptil enrollado en la manguera.

Tú con tu podadora levantando el perfume,
tú, con la dirección del jabón en la espuma,
tú, subiendo mis locas escalas y escaleras,

tú, manejando el síntoma de mi caligrafía
y encontrando en la arena del cuaderno
las letras extraviadas que buscaban tu boca.


Pablo Neruda
Cien Sonetos de Amor

Soneto XXXV

Tu mano fue volando de mis ojos al día.
Entró la luz como un rosal abierto.
Arena y cielo palpitaban como una
culminante colmena cortada en las turquesas.

Tu mano tocó sílabas que tintineaban, copas,
alcuzas con aceites amarillos,
corolas, manantiales y, sobre todo, amor,
amor: tu mano pura preservó las cucharas.

La tarde fue. La noche deslizó sigilosa
sobre el sueño del hombre su cápsula celeste.
Un triste olor salvaje soltó la madreselva.

Y tu mano volvió de su vuelo volando
a cerrar su plumaje que yo creí perdido
sobre mis ojos devorados por la sombra.


Pablo Neruda
Cien Sonetos de Amor

20 Haziran 2007 Çarşamba

Soneto XXXIV

Eres hija del mar y prima del orégano,
nadadora, tu cuerpo es de agua pura,
cocinera, tu sangre es tierra viva
y tus costumbres son floridas y terrestres.

Al agua van tus ojos y levantan las olas,
a la tierra tus manos y saltan las semillas,
en agua y tierra tienes propiedades profundas
que en ti se juntan como las leyes de la greda.

Náyade, corta tu cuerpo la turquesa
y luego resurrecto florece en la cocina
de tal modo que asumes cuanto existe

y al fin duermes rodeada por mis brazos que apartan
de la sormbra sombría, para que tú descanses,
legumbres, algas, hierbas: la espuma de tus sueños.


Pablo Neruda
Cien Sonetos de Amor

Soneto XXXIII

Amor, ahora nos vamos a la casa
donde la enredadera sube por las escalas:
antes que llegues tú llegó a tu dormitorio
el verano desnudo con pies de madreselva.

Nuestros besos errantes recorrieron el mundo:
Armenia, espesa gota de miel desenterrada,
Ceylán, paloma verde, y el Yang Tsé separando
con antigua paciencia los días de las noches.

Y ahora, bienamada, por el mar crepitante
volvemos como dos aves ciegas al muro,
al nido de la lejana primavera,

porque el amor no puede volar sin detenerse:
al muro o a las piedras del mar van nuestras vidas,
a nuestro territorio regresaron los besos.


Pablo Neruda
Cien Sonetos de Amor

19 Haziran 2007 Salı

Soneto XXXII

La casa en la mañana con la verdad revuelta
de sábanas y plumas, el origen del día
sin dirección, errante como una pobre barca,
entre los horizontes del orden y del sueño.

Las cosas quieren arrastrar vestigios,
adherencias sin rumbo, herencias frías,
los papeles esconden vocales arrugadas
y en la botella el vino quiere seguir su ayer.

Ordenadora, pasas vibrando como abeja
tocando las regiones perdidas por la sombra
conquistando la luz con tu blanca energía.

Y se construye entonces la claridad de nuevo:
obedecen las cosas al viento de la vida
y el orden establece su pan y su paloma.


Pablo Neruda
Cien Sonetos de Amor

Soneto XXXI

Con laureles del Sur y orégano de Lota
te corono, pequeña monarca de mis huesos,
y no puede faltarte esa corona
que elabora la tierra con bálsamo y follaje.

Eres, como el que te ama, de las provincias verdes:
de allá trajimos barro que nos corre en la sangre,
en la ciudad andamos, como tantos, perdidos,
temerosos de que cierren el mercado.

Bienamada, tu sombra tiene olor a ciruela,
tus ojos escondieron en el Sur sus raíces,
tu corazón es una paloma de alcancía,

tu cuerpo es liso como las piedras en el agua,
tus besos son racimos con rocío,
y yo a tu lado vivo con la tierra.


Pablo Neruda
Cien Sonetos de Amor

18 Haziran 2007 Pazartesi

Soneto XXX

Tienes del archipiélago las hebras del alerce,
la carne trabajada por los siglos del tiempo,
venas que conocieron el mar de las maderas,
sangre verde caída de cielo a la memoria.

Nadie recogerá mi corazón perdido
entre tantas raíces, en la amarga frescura
del sol multiplicado por la furia del agua,
allí vive la sombra que no viaja conmigo.

Por eso tú saliste del Sur como una isla
poblada y coronada por plumas y maderas
y yo sentí el aroma de los bosques errantes,

hallé la miel oscura que conocí en la selva,
y toqué en tus caderas los pétalos sombríos
que nacieron conmigo y construyeron mi alma.


Pablo Neruda
Cien Sonetos de Amor

Soneto XXIX

Vienes de la pobreza de las casas del Sur,
de las regiones duras con frío y terremoto
que cuando hasta sus dioses rodaron a la muerte
nos dieron la lección de la vida en la greda.

Eres un caballito de greda negra, un beso
de barro oscuro, amor, amapola de greda,
paloma del crepúsculo que voló en los caminos,
alcancía con lágrimas de nuestra pobre infancia.

Muchacha, has conservado tu corazón de pobre,
tus pies de pobre acostumbrados a las piedras,
tu boca que no siempre tuvo pan o delicia.

Eres del pobre Sur, de donde viene mi alma:
en su cielo tu madre sigue lavando ropa
con mi madre. Por eso te escogí, compañera.


Pablo Neruda
Cien Sonetos de Amor 

17 Haziran 2007 Pazar

Soneto XXVIII

Amor, de grano a grano, de planeta a planeta,
la red del viento con sus países sombríos,
la guerra con sus zapatos de sangre,
o bien el día y la noche de la espiga.

Por donde fuimos, islas o puentes o banderas,
violines del fugaz otoño acribillado,
repitió la alegría los labios de la copa,
el dolor nos detuvo con su lección de llanto.

En todas las repúblicas desarrollaba el viento
su pabellón impune, su glacial cabellera
y luego regresaba la flor a sus trabajos.

Pero en nosotros nunca se calcinó el otoño.
Y en nuestra patria inmóvil germinaba y crecía
el amor con los derechos del rocío.


Pablo Neruda
Cien Sonetos de Amor

Soneto XXVII

Desnuda eres tan simple como una de tus manos,
lisa, terrestre, mínima, redonda, transparente,
tienes líneas de luna, caminos de manzana,
desnuda eres delgada como el trigo desnudo.

Desnuda eres azul como la noche en Cuba,
tienes enredaderas y estrellas en el pelo,
desnuda eres enorme y amarilla
como el verano en una iglesia de oro.

Desnuda eres pequeña como una de tus uñas,
curva, sutil, rosada hasta que nace el día
y te metes en el subterráneo del mundo

como en un largo túnel de trajes y trabajos:
tu claridad se apaga, se viste, se deshoja
y otra vez vuelve a ser una mano desnuda.


Pablo Neruda
Cien Sonetos de Amor

16 Haziran 2007 Cumartesi

Soneto XXVI

Ni el color de las dunas terribles en Iquique,
ni el estuario del Río Dulce de Guatemala,
cambiaron tu perfil conquistado en el trigo,
tu estilo de uva grande, tu boca de guitarra.

Oh corazón, oh mía desde todo el silencio,
desde las cumbres donde reinó la enredadera
hasta las desoladas planicies del platino,
en toda patria pura te repitió la tierra.

Pero ni huraña mano de montes minerales,
ni nieve tibetana, ni piedra de Polonia,
nada alteró tu forma de cereal viajero,

como si greda o trigo, guitarras o racimos
de Chillán defendieran en ti su territorio
imponiendo el mandato de la luna silvestre.


Pablo Neruda
Cien Sonetos de Amor

Soneto XXV

Antes de amarte, amor, nada era mío:
vacilé por las calles y las cosas:
nada contaba ni tenía nombre:
el mundo era del aire que esperaba.

Yo conocí salones cenicientos,
túneles habitados por la luna,
hangares crueles que se despedían,
preguntas que insistían en la arena.

Todo estaba vacío, muerto y mudo,
caído, abandonado y decaído,
todo era inalienablemente ajeno,

todo era de los otros y de nadie,
hasta que tu belleza y tu pobreza
llenaron el otoño de regalos.


Pablo Neruda
Cien Sonetos de Amor

15 Haziran 2007 Cuma

Soneto XXIV

Amor, amor, las nubes a la torre del cielo
subieron como triunfantes lavanderas,
y todo ardió en azul, todo fue estrella:
el mar, la nave, el día se desterraron juntos.

Ven a ver los cerezos del agua constelada
y la clave redonda del rápido universo,
ven a tocar el fuego del azul instantáneo,
ven antes de que sus pétalos se consuman.

No hay aquí sino luz, cantidades, racimos,
espacio abierto por las virtudes del viento
hasta entregar los últimos secretos de la espuma.

Y entre tantos azules celestes, sumergidos,
se pierden nuestros ojos adivinando apenas
los poderes del aire, las llaves submarinas.


Pablo Neruda
Cien Sonetos de Amor

Soneto XXIII

Fue luz el fuego y pan la luna rencorosa,
el jazmín duplicó su estrellado secreto,
y del terrible amor las suaves manos puras
dieron paz a mis ojos y sol a mis sentidos.

Oh amor, cómo de pronto, de las desgarraduras
hiciste el edificio de la dulce firmeza,
derrotaste las uñas malignas y celosas
y hoy frente al mundo somos como una sola vida.

Así fue, así es y así será hasta cuando,
salvaje y dulce amor, bienamada Matilde,
el tiempo nos señale la flor final del día.

Sin ti, sin mí, sin luz ya no seremos:
entonces más allá del la tierra y la sombra
el resplandor de nuestro amor seguirá vivo.


Pablo Neruda
Cien Sonetos de Amor

14 Haziran 2007 Perşembe

Soneto XXII

Cuántas veces, amor, te amé sin verte y tal vez sin recuerdo,
sin reconocer tu mirada, sin mirarte, centaura,
en regiones contrarias, en un mediodía quemante:
eras sólo el aroma de los cereales que amo.

Tal vez te vi, te supuse al pasar levantando una copa
en Angol, a la luz de la luna de Junio,
o eras tú la cintura de aquella guitarra
que toqué en las tinieblas y sonó como el mar desmedido.

Te amé sin que yo lo supiera, y busqué tu memoria.
En las casas vacías entré con linterna a robar tu retrato.
Pero yo ya sabía cómo era. De pronto

mientras ibas conmigo te toqué y se detuvo mi vida:
frente a mis ojos estabas, reinándome, y reinas.
Como hoguera en los bosques el fuego es tu reino.


Pablo Neruda
Cien Sonetos de Amor

Soneto XXI

Oh que todo el amor propague en mí su boca,
que no sufra un momento más sin primavera,
yo no vendí sino mis manos al dolor,
ahora, bienamada, déjame con tus besos.

Cubre la luz del mes abierto con tu aroma,
cierra las puertas con tu cabellera,
y en cuanto a mí no olvides que si despierto y lloro
es porque en sueños sólo soy un niño perdido

que busca entre las hojas de la noche tus manos,
el contacto del trigo que tú me comunicas,
un rapto centelleante de sombra y energía.

Oh, bienamada, y nada más que sombra
por donde me acompañes en tus sueños
y me digas la hora de la luz.


Pablo Neruda
Cien Sonetos de Amor

13 Haziran 2007 Çarşamba

Soneto XX

Mi fea, eres una castaña despeinada,
mi bella, eres hermosa como el viento,
mi fea, de tu boca se pueden hacer dos,
mi bella, son tus besos frescos como sandías.

Mi fea, dónde están escondidos tus senos?
Son mínimos como dos copas de trigo.
Me gustaría verte dos lunas en el pecho:
las gigantescas torres de tu soberanía.

Mi fea, el mar no tiene tus uñas en su tienda,
mi bella, flor a flor, estrella por estrella,
ola por ola, amor, he contado tu cuerpo:

mi fea, te amo por tu cintura de oro,
mi bella, te amo por una arruga en tu frente,
amor, te amo por clara y por oscura.


Pablo Neruda
Cien Sonetos de Amor

Soneto XIX

Mientras la magna espuma de Isla Negra,
la sal azul, el sol en las olas te mojan,
yo miro los trabajos de la avispa,
empeñada en la miel de su universo.

Va y viene equilibrando su recto y rubio vuelo
como si deslizara de un alambre invisible
la elegancia del baile, la sed de su cintura,
y los asesinatos del aguijón maligno.

De petróleo y naranja es su arco iris,
busca como un avión entre la hierba,
con un rumor de espiga vuela, desaparece,

mientras que tú sales del mar, desnuda,
y regresas al mundo llena de sal y sol,
reverberante estatua y espada de la arena.


Pablo Neruda
Cien Sonetos de Amor

12 Haziran 2007 Salı

Soneto XVIII

Por las montañas vas como viene la brisa
o la corriente brusca que baja de la nieve
o bien tu cabellera palpitante confirma
los altos ornamentos del sol en la espesura.

Toda la luz del Cáucaso cae sobre tu cuerpo
como en una pequeña vasija interminable
en que el agua se cambia de vestido y de canto
a cada movimiento transparente del río.

Por los montes el viejo camino de guerreros
y abajo enfurecida brilla como una espada
el agua entre murallas de manos minerales,

hasta que tú recibes de los bosques de pronto
el ramo o el relámpago de unas flores azules
y la insólita flecha de un aroma salvaje.


Pablo Neruda
Cien Sonetos de Amor

Soneto XVII

No te amo como si fueras rosa de sal, topacio
o flecha de claveles que propagan el fuego:
te amo como se aman ciertas cosas oscuras,
secretamente, entre la sombra y el alma.

Te amo como la planta que no florece y lleva
dentro de sí, escondida, la luz de aquellas flores,
y gracias a tu amor vive oscuro en mi cuerpo
el apretado aroma que ascendió de la tierra.

Te amo sin saber cómo, ni cuándo, ni de dónde,
te amo directamente sin problemas ni orgullo:
así te amo porque no sé amar de otra manera,

sino así de este modo en que no soy ni eres,
tan cerca que tu mano sobre mi pecho es mía,
tan cerca que se cierran tus ojos con mi sueño.


Pablo Neruda
Cien Sonetos de Amor

11 Haziran 2007 Pazartesi

Soneto XVI

Amo el trozo de tierra que tú eres,
porque de las praderas planetarias
otra estrella no tengo. Tú repites
la multiplicación del universo.

Tus anchos ojos son la luz que tengo
de las constelaciones derrotadas,
tu piel palpita como los caminos
que recorre en la lluvia el meteoro.

De tanta luna fueron para mí tus caderas,
de todo el sol tu boca profunda y su delicia,
de tanta luz ardiente como miel en la sombra

tu corazón quemado por largos rayos rojos,
y así recorro el fuego de tu forma besándote,
pequeña y planetaria, paloma y geografía.


Pablo Neruda
Cien Sonetos de Amor

Soneto XV

Desde hace mucho tiempo la tierra te conoce:
eres compacta como el pan o la madera,
eres cuerpo, racimo de segura sustancia,
tienes peso de acacia, de legumbre dorada.

Sé que existes no sólo porque tus ojos vuelan
y dan luz a las cosas como ventana abierta,
sino porque de barro te hicieron y cocieron
en Chillán, en un horno de adobe estupefacto.

Los seres se derraman como aire o agua o frío
y vagos son, se borran al contacto del tiempo,
como si antes de muertos fueran desmenuzados.

Tú caerás conmigo como piedra en la tumba
y así por nuestro amor que no fue consumido
continuará viviendo con nosotros la tierra.


Pablo Neruda
Cien Sonetos de Amor

9 Haziran 2007 Cumartesi

Soneto XIV

Me falta tiempo para celebrar tus cabellos.
Uno por uno debo contarlos y alabarlos:
otros amantes quieren vivir con ciertos ojos,
yo sólo quiero ser tu peluquero.

En Italia te bautizaron Medusa
por la encrespada y alta luz de tu cabellera.
Yo te llamo chascona mía y enmarañada:
mi corazón conoce las puertas de tu pelo.

Cuando tú te extravíes en tus propios cabellos,
no me olvides, acuérdate que te amo,
no me dejes perdido ir sin tu cabellera

por el mundo sombrío de todos los caminos
que sólo tiene sombra, transitorios dolores,
hasta que el sol sube a la torre de tu pelo.


Pablo Neruda
Cien Sonetos de Amor

Soneto XIII

La luz que de tus pies sube a tu cabellera,
la turgencia que envuelve tu forma delicada,
no es de nácar marino, nunca de plata fría:
eres de pan, de pan amado por el fuego.

La harina levantó su granero contigo
y creció incrementada por la edad venturosa,
cuando los cereales duplicaron tu pecho
mi amor era el carbón trabajando en la tierra.

Oh, pan tu frente, pan tus piernas, pan tu boca,
pan que devoro y nace con luz cada mañana,
bienamada, bandera de las panaderías,

una lección de sangre te dio el fuego,
de la harina aprendiste a ser sagrada,
y del pan el idioma y el aroma.


Pablo Neruda
Cien Sonetos de Amor

8 Haziran 2007 Cuma

Soneto XII

Plena mujer, manzana carnal, luna caliente,
espeso aroma de algas, lodo y luz machacados,
qué oscura claridad se abre entre tus columnas?
Qué antigua noche el hombre toca con sus sentidos?

Ay, amar es un viaje con agua y con estrellas,
con aire ahogado y bruscas tempestades de harina:
amar es un combate de relámpagos
y dos cuerpos por una sola miel derrotados.

Beso a beso recorro tu pequeño infinito,
tus márgenes, tus ríos, tus pueblos diminutos,
y el fuego genital transformado en delicia

corre por los delgados caminos de la sangre
hasta precipitarse como un clavel nocturno,
hasta ser y no ser sino un rayo en la sombra.


Pablo Neruda
Cien Sonetos de Amor

Soneto XI

Tengo hambre de tu boca, de tu voz, de tu pelo
y por las calles voy sin nutrirme, callado,
no me sostiene el pan, el alba me desquicia,
busco el sonido líquido de tus pies en el día.

Estoy hambriento de tu risa resbalada,
de tus manos color de furioso granero,
tengo hambre de la pálida piedra de tus uñas,
quiero comer tu piel como una intacta almendra.

Quiero comer el rayo quemado en tu hermosura,
la nariz soberana del arrogante rostro,
quiero comer la sombra fugaz de tus pestañas

y hambriento vengo y voy olfateando el crepúsculo
buscándote, buscando tu corazón caliente
como un puma en la soledad de Quitratúe.


Pablo Neruda
Cien Sonetos de Amor

7 Haziran 2007 Perşembe

Soneto X

Suave es la bella como si música y madera,
ágata, telas, trigo, duraznos transparentes,
hubieran erigido la fugitiva estatua.
Hacia la ola dirige su contraria frescura.

El mar moja bruñidos pies copiados
a la forma recién trabajada en la arena
y es ahora su fuego femenino de rosa
una sola burbuja que el sol y el mar combaten.

Ay, que nada te toque sino la sal del frío!
Que ni el amor destruya la primavera intacta.
Hermosa, reverbero de la indeleble espuma,

deja que tus caderas impongan en el agua
una medida nueva de cisne o de nenúfar
y navegue tu estatua por el cristal eterno.


Pablo Neruda
Cien Sonetos de Amor

Soneto IX

Al golpe de la ola contra la piedra indócil
la claridad estalla y establece su rosa
y el círculo del mar se reduce a un racimo,
a una sola gota de sal azul que cae.

Oh radiante magnolia desatada en la espuma,
magnética viajera cuya muerte florece
y eternamente vuelve a ser y a no ser nada:
sal rota, deslumbrante movimiento marino.

Juntos tú y yo, amor mío, sellamos el silencio,
mientras destruye el mar sus constantes estatuas
y derrumba sus torres de arrebato y blancura,

porque en la trama de estos tejidos invisibles
del agua desbocada, de la incesante arena,
sostenemos la única y acosada ternura.


Pablo Neruda
Cien Sonetos de Amor

6 Haziran 2007 Çarşamba

Soneto VIII

Si no fuera porque tus ojos tienen color de luna,
de día con arcilla, con trabajo, con fuego,
y aprisionada tienes la agilidad del aire,
si no fuera porque eres una semana de ámbar,

si no fuera porque eres el momento amarillo
en que el otoño sube por las enredaderas
y eres aún el pan que la luna fragante
elabora paseando su harina por el cielo,

oh, bienamada, yo no te amaría!
En tu abrazo yo abrazo lo que existe,
la arena, el tiempo, el árbol de la lluvia,

y todo vive para que yo viva:
sin ir tan lejos puedo verlo todo:
veo en tu vida todo lo viviente.


Pablo Neruda
Cien Sonetos de Amor

Soneto VII

«Vendrás conmigo» ?dije? sin que nadie supiera
dónde y cómo latía mi estado doloroso,
y para mí no había clavel ni barcarola,
nada sino una herida por el amor abierta.

Repetí: ven conmigo, como si me muriera,
y nadie vio en mi boca la luna que sangraba,
nadie vio aquella sangre que subía al silencio.
Oh amor ahora olvidemos la estrella con espinas!

Por eso cuando oí que tu voz repetía
«Vendrás conmigo» ?fue como si desataras
dolor, amor, la furia del vino encarcelado

que desde su bodega sumergida subiera
y otra vez en mi boca sentí un sabor de llama,
de sangre y de claveles, de piedra y quemadura.


Pablo Neruda
Cien Sonetos de Amor

5 Haziran 2007 Salı

Soneto VI

En los bosques, perdido, corté una rama oscura
y a los labios, sediento, levanté su susurro:
era tal vez la voz de la lluvia llorando,
una campana rota o un corazón cortado.

Algo que desde tan lejos me parecía
oculto gravemente, cubierto por la tierra,
un grito ensordecido por inmensos otoños,
por la entreabierta y húmeda tiniebla de las hojas.

Pero allí, despertando de los sueños del bosque,
la rama de avellano cantó bajo mi boca
y su errabundo olor trepó por mi criterio

como si me buscaran de pronto las raíces
que abandoné, la tierra perdida con mi infancia,
y me detuve herido por el aroma errante.


Pablo Neruda
Cien Sonetos de Amor

Soneto V

No te toque la noche ni el aire ni la aurora,
sólo la tierra, la virtud de los racimos,
las manzanas que crecen oyendo el agua pura,
el barro y las resinas de tu país fragante.

Desde Quinchamalí donde hicieron tus ojos
hasta tus pies creados para mí en la Frontera
eres la greda oscura que conozco:
en tus caderas toco de nuevo todo el trigo.

Tal vez tú no sabías, araucana,
que cuando antes de amarte me olvidé de tus besos
mi corazón quedó recordando tu boca,

y fui como un herido por las calles
hasta que comprendí que había encontrado,
amor, mi territorio de besos y volcanes.


Pablo Neruda
Cien Sonetos de Amor

4 Haziran 2007 Pazartesi

Soneto IV

Recordarás aquella quebrada caprichosa
a donde los aromas palpitantes treparon,
de cuando en cuando un pájaro vestido
con agua y lentitud: traje de invierno.

Recordarás los dones de la tierra:
irascible fragancia, barro de oro,
hierbas del matorral, locas raíces,
sortílegas espinas como espadas.

Recordarás el ramo que trajiste,
ramo de sombra y agua con silencio,
ramo como una piedra con espuma.

Y aquella vez fue como nunca y siempre:
vamos allí donde no espera nada
y hallamos todo lo que está esperando.


Pablo Neruda
Cien Sonetos de Amor

Soneto III

Áspero amor, violeta coronada de espinas,
matorral entre tantas pasiones erizado,
lanza de los dolores, corola de la cólera,
por qué caminos y cómo te dirigiste a mi alma?

Por qué precipitaste tu fuego doloroso,
de pronto, entre las hojas frías de mi camino?
Quién te enseñó los pasos que hasta mí te llevaron?
Qué flor, qué piedra, qué humo mostraron mi morada?

Lo cierto es que tembló la noche pavorosa,
el alba llenó todas las copas con su vino
y el sol estableció su presencia celeste,

mientras que el cruel amor me cercaba sin tregua
hasta que lacerándome con espadas y espinas
abrió en mi corazón un camino quemante.


Pablo Neruda
Cien Sonetos de Amor

3 Haziran 2007 Pazar

Cien Sonetos de Amor - Pablo Neruda


Soneto LXI
Soneto LXII
Soneto LXIII
Soneto LXIV
Soneto LXV
Soneto LXVI
Soneto LXVII
Soneto LXVIII
Soneto LXIX
Soneto LXX
Soneto LXXI
Soneto LXXII
Soneto LXXIII
Soneto LXXIV
Soneto LXXV
Soneto LXXVI
Soneto LXXVII
Soneto LXXVIII
Soneto LXXIX
Soneto LXXX
Soneto LXXXI
Soneto LXXXII
Soneto LXXXIII
Soneto LXXXIV
Soneto LXXXV
Soneto LXXXVI
Soneto LXXXVII
Soneto LXXXVIII
Soneto LXXXIX
Soneto XC
Soneto XCI
Soneto XCII
Soneto XCIII
Soneto XCIV
Soneto XCV
Soneto XCVI
Soneto XCVII
Soneto XCVIII
Soneto XCIX
Soneto C

Soneto II

Amor, cuántos caminos hasta llegar a un beso,
qué soledad errante hasta tu compañía!
Siguen los trenes solos rodando con la lluvia.
En Taltal no amanece aún la primavera.

Pero tú y yo, amor mío, estamos juntos,
juntos desde la ropa a las raíces,
juntos de otoño, de agua, de caderas,
hasta ser sólo tú, sólo yo juntos.

Pensar que costó tantas piedras que lleva el río,
la desembocadura del agua de Boroa,
pensar que separados por trenes y naciones

tú y yo teníamos que simplemente amarnos,
con todos confundidos, con hombres y mujeres,
con la tierra que implanta y educa los claveles.


Pablo Neruda
Cien Sonetos de Amor

21 Şubat 2007 Çarşamba

Sonnet 65

 


Since brass, nor stone, nor earth, nor boundless sea,
But sad mortality o'er-sways their power,
How with this rage shall beauty hold a plea,
Whose action is no stronger than a flower?
O, how shall summer's honey breath hold out
Against the wreckful siege of battering days,
When rocks impregnable are not so stout,
Nor gates of steel so strong, but Time decays?
O fearful meditation! where, alack,
Shall Time's best jewel from Time's chest lie hid?
Or what strong hand can hold his swift foot back?
Or who his spoil of beauty can forbid?
     O, none, unless this miracle have might,
     That in black ink my love may still shine bright.


William Shakespeare


Ne tunç ne taş ne toprak ne de sonsuz denizler
Acıklı fâniliğe karşı koyamazlarken
Nasıl bu kör öfkeyle güzellik cenge girer
Çabasında en fazla bir çiçek gücü varken?
Ah nasıl göğüs gersin yazın tatlı rüzgârı
Azgın günler dört yandan üstüne yürüdükçe
Bozguna uğrattıkça yenilmez kayaları
Çelik kapılar bile: Zamanla çürüdükçe?
Ne korkunç bir düşünce: Ah nerde saklı dursun
Çağların mücevheri Çağların sandığından?
Bir zorlu el var mı ki bu koşuyu durdursun?
Güzellik yağmasını kim esirgesin ondan?
     Yok hiçbiri meğer ki bu mucize sürsün de
     Sevdiğim ışıldasın kara yazı üstünde.

Sonnet 64

 


When I have seen by Time's fell hand defac'd
The rich-proud cost of outworn buried age;
When sometime lofty towers I see down-razed
And brass eternal, slave to mortal rage;
When I have seen the hungry ocean gain
Advantage on the kingdom of the shore,
And the firm soil win of the wat'ry main,
Increasing store with loss, and loss with store;
When I have seen such interchange of state,
Or state itself confounded to decay;
Ruin hath taught me thus to ruminate --
That Time will come and take my love away.
     This thought is as a death, which cannot choose
     But weep to have that which it fears to lose.


William Shakespeare


Gördüm anıtlarını nice görkemli çağın
Zamanın zalim eli. yıkıp etmiş yerle bir
Başları göğe değen kuleler darmadağın
Ve sonsuz tunç ölümün gazabına köledir;
Gördüm obur okyanus yenilgiye uğratmış
Keyfince hüküm süren heybetli kıyıları
Ye sert toprak kendine koca ummanı katmış
Zarar kârı arttırmış kâr büyütmüş zararı;
Gördüm her şey bozulur sonsuz sürüp gidemez
En sağlam devlet bile günün birinde çürür
Yıkımlar düşündürdü beni ister istemez:
Ergeç sevgilimi de Zaman alıp götürür.
     Bana ölüm gibidir yitmesinden korkarak
     Hiçbir şey yapamayıp varlığına ağlamak.

20 Şubat 2007 Salı

Sonnet 63

 


Against my love shall be, as I am now,
With Time's injurious hand crush'd and o'er-worn;
When hours have drain'd his blood and fill'd his brow
With lines and wrinkles; when his youthful morn
Hath travell'd on to age's steepy night,
And all those beauties whereof now he's king
Are vanishing or vanish'd out of sight,
Stealing away the treasure of his spring;
For such a time do I now fortify
Against confounding age's cruel knife,
That he shall never cut from memory
My sweet love's beauty, though my lover's life:
     His beauty shall in these black lines be seen,
     And they shall live, and he in them still green.


William Shakespeare


Bumburuşuk yapacak ezecek sevgilimi
Zamanın gaddar eli nasıl beni yıktıysa;
Günler kanını emip alnına işledi mi
Kırışıklar bir kere; gençlik tanı çıktıysa
Yaşlılık gecesinin karanlık yokuşunu
Hükümdarı olduğu güzellikler kaçışır
Gözden ırak olarak yalnız bırakır onu
Bahar hazinesini çalıp yokluğa taşır;
Kaygım bütün gücümle karşılamak o çağı:
Gözlerden gönüllerden yok edemesin diye
Yaşlılığın amansız öldürücü bıçağı
Tatlı güzelliğini - kıysa da sevgiliye:
     Kara satırlarımda gözler yüzünü görsün
     Şiirim yaşadıkça taptaze ömür sürsün.

Sonnet 62

 


Sin of self-love possesseth all mine eye,
And all my soul and all my every part;
And for this sin there is no remedy,
It is so grounded inward in my heart.
Methinks no face so gracious is as mine,
No shape so true, no truth of such account;
And for myself mine own worth do define,
As I all other in all worths surmount.
But when my glass shows me myself indeed,
Beated and chopp'd with tann'd antiquity,
Mine own self-love quite contrary I read;
Self so self-loving were iniquity.
     'Tis thee, myself, that for myself I praise,
     Painting my age with beauty of thy days.


William Shakespeare


Kendime aşk duymanın günahıyla dopdolu
Gözlerim ve yüreğim varlığımın her yeri;
Yoktur ki bu günahtan kurtulmanın bir yolu:
Canevime sımsıkı sarılmıştır kökleri.
Hoş değildir kimsenin yüzü benimki kadar
Benden yakışıklısı benden vefalısı yok;
Ölçüp biçiyorum da bende ne değerler var.
Ben herkesten üstünüm her bakımdan hem de çok.
Ama gerçek yüzümü aynada görür görmez
Pörsümüş benzim uçuk. şerha şerha ve köhne
Kendime duyduğum aşk ters düşer bana bu kez:
Kötü şeymiş insanın aşk duyması kendine.
     Sensin öbür benliğim varlığımda övdüğüm
     Yaşımı gençliğinle güzelliğinle örttüm.

19 Şubat 2007 Pazartesi

Sonnet 61

 



Is it thy will thy image should keep open
My heavy eyelids to the weary night?
Dost thou desire my slumbers should be broken,
While shadows, like to thee, do mock my sight?
Is it thy spirit that thou send'st from thee
So far from home into my deeds to pry,
To find out shames and idle hours in me,
The scope and tenor of thy jealousy?
O, no! thy love, though much, is not so great:
It is my love that keeps mine eye awake;
Mine own true love that doth my rest defeat,
To play the watchman ever for thy sake:
     For thee watch I whilst thou dost wake elsewhere,
     From me far off, with others all too near.


William Shakespeare


Ağır gözkapaklarım yorgun gece içinde
Hayalinle apaçık kalsın dileğin bu mu?
Sana benzer gölgeler gözümle eğlensin de
Keyfince parçalayıp geçsinler mi uykumu?
Gönderdiğin ruhun mu canevinden uzağa
İşlerime gözkulak olsun düşürsün diye
Aylak saatlerimi utancımı tuzağa:
Hasedine kuşkuna yardakçılık etmeye?
Hayır sevgin çoksa da büyük değil o kadar
Benim kendi aşkımdır vermeyen uyku durak
İşte öz sevgim dirlik düzenliğimi bozar
Senin uğruna bana hep nöbet tutturarak.
     Ben bekçinim sen başka yerlerde uyanıksın:
     Benden uzaksın sana başkaları çok yakın.

Sonnet 60

 



Like as the waves make towards the pebbled shore,
So do our minutes hasten to their end;
Each changing place with that which goes before,
In sequent toil all forwards do contend.
Nativity, once in the main of light,
Crawls to maturity, wherewith being crown'd,
Crooked eclipses 'gainst his glory fight,
And Time, that gave, doth now his gift confound.
Time doth transfix the flourish set on youth,
And delves the parallels in beauty's brow,
Feeds on the rarities of nature's truth,
And nothing stands but for his scythe to mow.
     And yet to times in hope my verse shall stand,
     Praising thy worth, despite his cruel hand


William Shakespeare


Dinen dalgalar gibi kayalık kıyılarda
Sonlarına koşuşur ömrümüzün ânları
Hızla yuvarlanırlar çırpınarak ardarda
Tutmak istercesine öne atılanları
Doğan varlık aydınlık günlere erer ermez
Olgunluğa ilerler tam kıvamını bulur.
Zaman armağanını yok etmeye koyulur.
Gençliğe vergi olan süsü Zaman didikler
En gözde varlıkları canavarlar gibi yer.
Kimse karşı duramaz amansız tırpanına:
     Ama o gaddar ele rağmen seni över de
     Dimdik durur şiirim umut dolu günlerde

16 Şubat 2007 Cuma

Sonnet 59

 


If there be nothing new, but that which is
Hath been before, how are our brains beguil'd,
Which, labouring for invention, bear amiss
The second burthen of a former child!
O, that record could with a backward look,
Even of five hundred courses of the sun,
Show me your image in some antique book,
Since mind at first in character was done!
That I might see what the old world could say
To this composed wonder of your frame;
Whether we are mended, or whe'r better they,
Or whether revolution be the same.
     O! sure I am, the wits of former days
     To subjects worse have given admiring praise.


William Shakespeare


Yeni hiçbir şey yoksa yalnız eskiler varsa
Demek ki beynimize oynanan bir oyun var
Yaşamış bir çocuğu doğurmağa kalkarsa
Yaratma çabasıyla sancılanarak tekrar!
Ah şu eski defterler bir dönüp baksa geri.
Güneşin beş yüz kere dönüşünden de önce
Göstersin eski kitap sendeki imgeleri
İlkin nasıl yazıya döküldüyse düşünce.
Acaba eski dünya neler demiş görelim
Sendeki görmelere değer güzelliklere;
Onlar mı üstün biz mi bu işin ustası kim
Yoksa dönüp dolaşıp geldik mi aynı yere?
     Hiç kuşkum yok: Geçmişte ne sivri akıllılar
     Senden değersizlere övgüler yağdırdılar.

Sonnet 58

 



That God forbid, that made me first your slave,
I should in thought control your times of pleasure,
Or at your hand th' account of hours to crave,
Being your vassal, bound to stay your leisure!
O, let me suffer (being at your beck),
Th' imprison'd absence of your liberty;
And patience, tame to sufferance, bide each check,
Without accusing you of injury.
Be where you list, your charter is so strong
That you yourself may privilege your time
To what you will; to you it doth belong
Yourself to pardon of self-doing crime.
     I am to wait, though waiting so be hell;
     Not blame your pleasure, be it ill or well.


William Shakespeare


Tanrı beni ilk başta sana kul yaptı sonra
Keyfine el koymamı yasak etti
Ya da özlem duymamı hesaplı zamanlara:
Kölenim ya boş vaktin olsun diye bekletti.
Ah bırak katlanayım el pençe divan: değer
Senin özgürlüğünün tutuklu yokluğuna;
Her mihnete sabreder her azara baş eğer
İncittin diye hiç suç yüklemez bile sana.
Sen nerede olursan ol yetkin güçlü özgürsün;
Hâkimsin dilediğin gibi kendi vaktine:
Canın neyi isterse varsın o keyfini sürsün
Kendine suç işlersen kendin bağışla yine.
     Beklemek cehennemdir ama beklerim seni
     İyi kötü demeden suçlamadan keyfini.

15 Şubat 2007 Perşembe

Sonnet 57

 


Being your slave, what should I do but tend
Upon the hours and times of your desire?
I have no precious time at all to spend,
Nor services to do, till you require.
Nor dare I chide the world-without-end hour
Whilst I, my sovereign, watch the clock for you,
Nor think the bitterness of absence sour
When you have bid your servant once adieu;
Nor dare I question with my jealous thought
Where you may be, or your affairs suppose,
But, like a sad slave, stay and think of nought
Save, where you are how happy you make those.
     So true a fool is love that in your will,
     Though you do any thing, he thinks no ill.


William Shakespeare


Kölen olmuşum senin, elden başka ne gelir,
Gece gündüz el pençe divanım buyruğuna;
Geçirdiğim saatler baştan başa bir hiçtir
Sen buyurmuş değilsen çabalarım boşuna.
Senin için, sultanım, saatleri gözlerken
Ben kimim ki küseyim sonu gelmez günlere,
Kara kara düşünmem, acı çekmem özlerken
Uğurlar olsun dersen kölene sen bir kere
Ben kimim ki kıskanıp kuşkulanıp sorayım
Kimle içli dışlısın, nedir yaptığın işler;
Derdim günüm put gibi düşünmeden durayım,
Mutlu kıldıklarını bilmek içime işler.
     Öyle körkütük sadık bir köledir ki sevda,
     Seni kötü göremez bin kötülük yapsan da.

Sonnet 56

 



Sweet love, renew thy force; be it not said
Thy edge should blunter be than appetite,
Which but to-day by feeding is allay'd,
To-morrow sharpen'd in his former might:
So, love, be thou; although to-day thou fill
Thy hungry eyes even till they wink with fullness,
To-morrow see again, and do not kill
The spirit of love with a perpetual dullness.
Let this sad interim like the ocean be
Which parts the shore, where two contracted new
Come daily to the banks, that, when they see
Return of love, more blest may be the view;
     Else call it winter, which being full of care
     Makes summer's welcome thrice more wish'd, more rare.


William Shakespeare


Tatlı sevgi gücünü tazele de iştahın
Körlendi demesinler bıçak çekmeden önce;
Öyle ya bugün doyup yatışsa bile yarın
Bulur eski gücünü yeniden bilenince.
Sen de öyle ol sevgi: bugün aç gözlerini
Tıkabasa doyur da sımsıkı kapat ama
İyice görmek için yarın aç gözlerini:
Sonsuz duygusuzlukla aşkın rûhuna kıyma.
Bu acıklı ayrılık diyelim ki bir umman
Böler yaman gücüyle bir sahili ikiye.
Her gün iki nişanlı gelir sevgi o zaman
Dönmüştür: sevinirler kıyı şenlendi diye.
     Ya da ayrılık kıştır nice üzüntü dolu
     Onun için dört gözle beklenir yazın yolu.

14 Şubat 2007 Çarşamba

Sonnet 55



Not marble, nor the gilded monuments
Of princes, shall outlive this powerful rhyme;
But you shall shine more bright in these contents
Than unswept stone, besmear'd with sluttish time.
When wasteful war shall statues overturn,
And broils root out the work of masonry,
Nor Mars his sword nor war's quick fire shall burn
The living record of your memory.
'Gainst death and all-oblivious enmity
Shall you pace forth; your praise shall still find room
Even in the eyes of all posterity
That wear this world out to the ending doom.
     So, till the judgment that yourself arise,
     You live in this, and dwell in lovers' eyes.


William Shakespeare


Ne yaldızlı hükümdar anıtları ne mermer
Ömür süremez benim güçlü şiirim kadar;
Seni pasaklı Zaman pis bir mezara gömer.
Ama satırlarımda güzelliğin ışıldar
Savaşlar tepetaklak devirir heykelleri
Çökertir boğuşanlar yapı demez sur demez
Ama Mars’ın kılıcı cengin ateş selleri
Şiirimde yaşayan anını yok edemez.
Ölüme ve her şeyi unutturan düşmana
Karşı koyacaksın sen; yeryüzünü mahşere
Yaklaştıran çağların gözünde bile sana
Bir yer var övgüm seni çıkarttıkça göklere
     Dirilip kalkıncaya kadar mahşer gününde
     Yaşarsın şiirimde sevenlerin gönlünde

Sonnet 54



O how much more doth beauty beauteous seem,
By that sweet ornament which truth doth give!
The rose looks fair, but fairer we it deem
For that sweet odour which doth in it live.
The canker-blooms have full as deep a dye
As the perfumed tincture of the roses,
Hang on such thorns and play as wantonly
When summer's breath their masked buds discloses:
But, for their virtue only is their show,
They live unwoo'd and unrespected fade,
Die to themselves. Sweet roses do not so;
Of their sweet deaths are sweetest odours made:
     And so of you, beauteous and lovely youth,
     When that shall fade, my verse distills your truth.


William Shakespeare


Ah güzellik nasıl da doğruluğun kattığı
Cânım süslerle kat kat güzelliğe bürünür!
Gül alımlıdır ama bağrında yaşattığı
Tatlı kokuyla bize çok daha hoş görünür.
Yaban güllerinin de büyülü kokularda
Görkeme ermiş güller kadar koyudur rengi;
Onlar da dikenlidir: yaz soluğu açar da
Konca peçelerini oynarlar dört kol çengi.
Ama dış görünüştür onların tek erdemi
Yaşarlar okşanmadan; gözlerden ırak solar
Yapayalnız ölürler. Cânım güller öyle mi:
Tatlı ölümlerden varlığa ıtır dolar.
     Sevgi dolu güzel genç sen solup gittiğinde
     Şiirlerimde yaşar senin öz gerçeğin de.

13 Şubat 2007 Salı

Sonnet 53




What is your substance, whereof are you made,
That millions of strange shadows on you tend?
Since every one hath, every one, one shade,
And you, but one, can every shadow lend.
Describe Adonis, and the counterfeit
Is poorly imitated after you;
On Helen's cheek all art of beauty set,
And you in Grecian tires are painted new:
Speak of the spring and foison of the year;
The one doth shadow of your beauty show,
The other as your bounty doth appear,
And you in every blessed shape we know.
     In all external grace you have some part,
     But you like none, none you, for constant heart.


William Shakespeare


Sen neden yapılmışsın varlığının özü ne?
Sayısız garip gölge el pençe divan sana.
Herkes tek bir kez yansır herkeste tek bir gölge;
Tek olan senden düşer her gölge dört bir yana.
Besbelli sana desem gel Adonis' i  anlat:
O senin sahte resmin salt kötü bir taklidin ...
Helena'nın yüzünde her güzellik bir sanat
Ve sen Yunan giysili bir yeni şahesersin.
Dile getir ilkyazı hasadın bolluğunu
Sendeki güzelliğin gölgesi olur biri
Öteki isbat eder ne cömert olduğunu-
Ve biz sende buluruz tüm kutsal biçimleri.
     Senden bir payı vardır tüm dış güzelliklerin;
     Gönül sadakatinde yoktur eşin benzerin.

Sonnet 52



So am I as the rich, whose blessed key
Can bring him to his sweet up-locked treasure,
The which he will not every hour survey,
For blunting the fine point of seldom pleasure.
Therefore are feasts so solemn and so rare,
Since, seldom coming, in the long year set,
Like stones of worth they thinly placed are,
Or captain jewels in the carconet.
So is the time that keeps you as my chest,
Or as the wardrobe which the robe doth hide,
To make some special instant special blest,
By new unfolding his imprison'd pride.
     Blessed are you, whose worthiness gives scope,
     Being had, to triumph, being lack'd, to hope.


William Shakespeare


Nasıl açar da kutsal anahtarıyla zengin
Kucaklaşırsa cânım kitli hazinesiyle
Seyrek tadılan zevkin körlenmemesi için
Nasıl denetlemezse her saat - ben de öyle ...
İşte bunlar en mutlu en şanlı şölenlerdir:
Arada bir gelirler upuzun yıl boyunca;
Paha biçilmez taşlar seyrek dizilenlerdir
Ayrık mücevherlerdir görkem verenler taca.
Zaman mücevher kutum gibi basar bağrına
Ya da giysi dolabım gibi saklar da seni
Eşsiz kutsallık versin diye eşsiz bir ana
Gözler önüne serer tutuklu görkemini.
     Erdemlerin sonsuzdur varlığın gür ve kutlu:
     Sana ermek zaferdir sensizlik umut dolu.

12 Şubat 2007 Pazartesi

Sonnet 51




Thus can my love excuse the slow offence
Of my dull bearer, when from thee I speed:
From where thou art why should I haste me thence?
Till I return, of posting is no need.
O, what excuse will my poor beast then find,
When swift extremity can seem but slow?
Then should I spur, though mounted on the wind;
In winged speed no motion shall I know:
Then can no horse with my desire keep pace;
Therefore Desire (of perfect'st love being made),
Shall neigh, no dull flesh, in his fiery race;
But love, for love, thus shall excuse my jade;
     Since from thee going he went wilful slow,
     Towards thee I'll run, and give him leave to go.


William Shakespeare


Bineğimin suçunu hoş görebilir sevgim:
Yavaş gitti ben hızla uzaklaşırken senden.
Senin olduğun yerden niçin koşup gideyim?
Dönünceye dek koşu tutturmağa yok neden .
Ah. zavallı hayvanım ne özür bulur böyle.
Hızların en yamanı bana yavaş görünür;
Ben üzengi vururum rüzgâra binsem bile.
Kanatlanıp uçarım başka her hız sürünür.
Aşık atamaz hiçbir at arzumla o zaman.
Çünkü arzu en güçlü aşktan doğan yaratı.
Kişner - külçe et değil - ateşli bir küheylân;
Aşka karşılık sevgi hoş görür bitkin atı.
     Senden uzaklaşırken kasden yavaş gitti ya
     Ben sana koşup onu bırakacağım yaya.

Sonnet 50



How heavy do I journey on the way,
When what I seek, my weary travel's end,
Doth teach that ease and that repose to say
'Thus far the miles are measured from thy friend!'
The beast that bears me, tired with my woe,
Plods dully on, to bear that weight in me,
As if by some instinct the wretch did know
His rider lov'd not speed, being made from thee:
The bloody spur cannot provoke him on
That sometimes anger thrusts into his hide,
Which heavily he answers with a groan,
More sharp to me than spurring to his side;
     For that same groan doth put this in my mind,
     My grief lies onward, and my joy behind.


William Shakespeare


Yola koyuldum ama ilerlemek ne de zor;
Şu yorucu yol var ya ben sonuna vararak
Rahata kavuşmayı umarken şöyle diyor:
“Sen ne kadar gidersen dostun o kadar ırak.”
Beni götüren hayvan üzüntümün yorgunu
Güçbelâ yürür benim dert yükümü taşırken;
Zavallı bir sezgiyle öğrenmiş sanki şunu:
Binicisi hız sevmez senden uzaklaşırken.
Kanlı mahmuzum bile onu öne süremez
Sağrısını öfkeyle bazen dürtükleyince;
Yalnız inilder de başka yanıt veremez
O derisini deşen mahmuzdan keskin bence.
     Çünkü o inleyişten şu doğuyor kafamda:
     Benim derdim önümde sevincimse arkamda.

9 Şubat 2007 Cuma

Sonnet XLIX



Against that time, if ever that time come,
When I shall see thee frown on my defects,
When as thy love hath cast his utmost sum,
Call'd to that audit by advis'd respects;
Against that time when thou shalt strangely pass
And scarcely greet me with that sun thine eye,
When love, converted from the thing it was,
Shall reasons find of settled gravity;
Against that time do I insconce me here
Within the knowledge of mine own desert,
And this my hand against myself uprear,
To guard the lawful reasons on thy part:
     To leave poor me thou hast the strength of laws,
     Since, why to love, I can allege no cause.


William Shakespeare


O gün gelsin hazırım; ergeç gelirse o gün
Kusurlarıma bakıp kaşını çatacaksın
Aşkının değerine ters düşecek gördüğün
Bu uyuşmaz hesabı silip kapatacaksın.
O gün gelsin hazırım; el gibi geçersin ya
O gün gözlerinle selâm bile vermeden;
Aşk bürünmüştür artık bambaşka bir kılığa.
Asık suratın için bulursun birçok neden.
O gün gelsin hazırım alıştırdım kendimi:
Değerim hakkım budur diyerek bile bile.
Kendime karşı tanık kaldırırım elimi
Ve savunurum senin haklı özrünü şöyle:
     Zavallı ben’i bırak yasalar senden yana
     Gerekçe gösteremem bana sevgi duymana.

Sonnet XLVIII



How careful was I when I took my way,
Each trifle under truest bars to thrust,
That to my use it might unused stay
From hands of falsehood, in sure wards of trust!
But thou, to whom my jewels trifles are,
Most worthy comfort, now my greatest grief,
Thou best of dearest and mine only care,
Art left the prey of every vulgar thief.
Thee have I not lock'd up in any chest,
Save where thou art not, though I feel thou art,
Within the gentle closure of my breast,
From whence at pleasure thou mayst come and part;
     And even thence thou wilt be stol'n, I fear
     For truth proves thievish for a prize so dear.


William Shakespeare


Nasıl da özenmiştim yola çıkmadan önce:
Değersiz her malımı mahzene kapatarak
Tam bıraktığım gibi bulmak için dönünce
En güvenli yerlerde hınzır ellerden uzak.
Mücevherlerim senin yanında çerden çöpten:
Sen eşsiz huzurumdun şimdi yas olacaksın;
Sen ki canlar canısın derdim günümsün hepten
En adi hırsızların elinde oyuncaksın.
Ben sandığa koymadım kilitlemedim.seni;
Yoksan bile ordasın diye bildiğim yere
Can evime usulca sokup gizledim seni
Girip çıkasın diye kendi keyfine göre.
     Seni çalarlar ordan bile işte korkum bu:
     Böyle değerli ödül hırsız eder namusu.